TRUMP COMO INSTRUMENTO DE DIOS (JERUSALÉN)
El presidente Donald Trump, tendrá sus puntos débiles en
algunas áreas, o se debería decir, áreas que pulir y corregir. Sin embargo, su
declaración de Jerusalén como capital del Estado de Israel, es uno de los puntos
más altos de su postura internacional.
Desde 1948, esta no era una realidad para Israel, hoy con
el apoyo de su más grande aliado, Estados Unidos, y de uno de los presidentes,
aunque controversial en tantos aspectos, pero, hasta ahora el que más ha apoyado
de todos los presidentes.
Jerusalén, llamado al igual ciudad de David, retorna al
lugar que le pertenece y donde siempre debió de estar. Aunque ciertamente representará
conflictos con los conteciosos del Medio Oriente.
Excelente paso tomado por el presidente Trump, es digno de
admiración y aplausos.
Jerusalén le pertenece a Israel. Hostilidad, agresión, amenazas, esta será la
posición de muchos tomados con la nueva realidad que se confronta, sin embargo,
aquello en nada altera la realidad, justicia, no de hombres, pero divina, es al
que se está expuesto.
Salmo 122:6-8- Pedid por la paz de Jerusalén; sean
prosperados los que te aman.
7 Sea la paz dentro de tus
muros, y el descanso dentro de tus palacios.
8 Por amor de mis hermanos y
mis compañeros, diré yo: La paz sea contigo.
Todo cuanto se está viviendo en Israel es un tema profético,
siempre tendrán rivales, enemigos, adversarios. Sin embargo, todos olvidan que
el mismo Dios que apoyó y sostuvo a Israel en el pasado, sigue siendo el mismo Señor
que los ampara hoy. Por más que se levanten las oposiciones y se dupliquen los
adversarios y sus amenazas, el Dios de Israel es el Creador del universo.
Gloria a Dios por las declaraciones por parte del
presidente Trump, sin embargo, proféticamente Jerusalén iba a ser y va a ser
restaurada o devuelta a su lugar proféticamente, y nada lo podrá impedir.
Zacarías
12:1-6. Profecía de la
palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda
la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho:
2 He aquí yo
pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor
contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.
3 Y en aquel
día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que
se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se
juntarán contra ella.
4 En aquel día,
dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas
sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré
con ceguera.
5 Y los
capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de
Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios.
6 En aquel día
pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como
antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos
los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en
Jerusalén.
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